miércoles, 6 de junio de 2007

Módulo: Transformaciones y desafíos de la educación - Actividad obligatoria

El Hoyo, 10 de –mayo de 2007

Módulo: Transformaciones y desafíos de la educación - Actividad Obligatoria

“La historia de la vida, como yo la leo, es una serie de estadios estables, matizado por raros intervalos con grandes eventos que suceden con mucha rapidez y ayudan a establecer la siguiente era estable”
Manuel Castells, La era de la Información

Hace siete años me mudé de Buenos Aires a la localidad de El Hoyo, lugar donde vivo actualmente, pasé de mi atuendo de traje y corbata a la remera, el polar, la campera y las botas, varias cosas cambiaron en mi vida, no solo me olvidé de cerrar con llave mi casa, adquirí el hábito de saludar hasta a los árboles, el ritmo cambió y también cambió mi relación con la tecnología…
Desde muy chico estuve en contacto con computadoras y con “todas esas cosas raras”. Me hice radioaficionado a los 11 años y me desarrollé en un ambiente en el cual experimentar con nuevos elementos electrónicos era moneda corriente, ello implicaba no solo ver cómo funcionaban, sino también buscarles el sentido y sus utilidades, los manuales no se entendían así que había que “jugar con ellos” y ver qué pasaba, todo esto se desarrolló a mediados de la década del 80 y principios de los 90, época en la que, como dice Castells “…las nuevas tecnologías de la información se han expandido por todo el mundo a la velocidad del relámpago…”. El grado de fascinación que me producían estos cambios y nuevos elementos que iban apareciendo, y mi interacción con los mismos, marcaron no solo mi relación con la tecnología, sino también mi forma de utilizarla y de “aprenderla”, me introdujo en ese grupo que “… aprenden haciendo, o sea modificando las aplicaciones de la tecnología…”, así pasé por el Basic de las home computers, jugué con las comodore, y me rompí la cabeza tratando de cargar algún programa en la Talent que alguna vez llegó al Radio Club, creo que pasaba mas horas allí que en mi casa. Cómo habrá influido todo esto que cuando llegó la hora de elegir colegio secundario no había duda, lo mío era el Industrial, pero creo que ya en esa época la escuela empezaba a perder el pulso de lo que pasaba a su alrededor, lo que ella me ofrecía, aparte de “urbanizarme”, era tan solo un pase a una educación superior, un conjunto de cosas a las que yo, en esa época, no les encontraba sentido, mi mundo, lo que realmente me interesaba, estaba en ese Radio Club.
De pronto llegó la hora de elegir una carrera, otra vez no había duda, lo mío era la informática y así comencé, esto sí realmente me apasionaba, tanto que pronto empecé a reparar computadoras, en realidad, al principio, a romper mas que a arreglar. Compré mi primer 286 y pasé mas de un sábado por la noche junto a ella!, luego llego la 486, el Windows 95 y la Internet, que era mucho mejor que andar bajando programitas de los BBS, realmente eran muchas las horas que le dedicaba en esa época a todo esto. Casi por casualidad comencé a trabajar como profesor de informática en un colegio primario, y allí descubrí la diferencia entre mi fascinación por las nuevas tecnologías y lo que realmente me gustaba hacer, desde allí mi actividad principal fue la docencia, sin perder nunca mi fascinación por la tecnología y sin dejar de trabajar en forma paralela como profesional en el área de la informática, me especialicé en redes Novell y tenía varios clientes, los cuales, celular mediante, elemento revolucionario si lo hubo que nos permitía estar comunicados en todo momento y lugar, me llamaban a cualquier hora cuando tenían un problema. De pronto mi vida pasaba entre capacitaciones, la computadora, la escuela, el celular y los clientes, “el mundo tecnológico” me había devorado, ni la escuela ni la facultad me habían enseñado qué hacer con esa “fascinación”. Como dice Edith Litwin, “… El desafío no está en enseñarles a los chicos como usar Internet, sino en qué hacer con ella…”.
De pronto, un día decidí mudarme a un lugar en el que tener teléfono era prohibitivo. Ni hablar de conectarse a Internet, que por supuesto solo era posible vía DIAL UP, los únicos canales de televisión posibles de ver eran canal 7 de capital o canal 7 de Rawson, los diarios, algunos al mediodía…, El impacto fue duro! Pero de a poco las cosas se fueron acomodando, me vinieron bien algunos años de abstinencia tecnológica. Hoy por hoy, y desde hace tan solo unos meses tengo teléfono, Internet banda ancha, o lo mas parecido que podemos encontrar por estos lados, el mapa de acceso a las telecomunicaciones y a Internet en la Argentina todavía tiene muchos grises y vacíos. Hoy por hoy, caminaría por las paredes un día de nevada sin Directv, las mañanas serían diferentes sin la Rock & Pop a través de Internet, me sentiría mucho mas desconectado del mundo sin la lectura de los diarios digitales, me costaría mucho no extrañar tanto a los amigos y familiares que dejé en Buenos Aires sin los mensajes de texto, el correo electrónico, Messenger, el skipe, los abuelos no conocerían a la nieta sino fuera por su página web o la webcam cuando chateamos con ellos… en fin como dije antes creo que mi relación con la tecnología en esencia sigue siendo la misma… pero cambió!.
Damian A. Perez

1 comentario:

Maria Cecilia Cañas dijo...

damian:
esta al ingresar al blog y leer tu historia vinculada a las tecnologias y como cambió al llegar al ElHoyo, comprendí de que hablabas. Estoy muy seguido por alli por mi trabajo.
adelante